Ella es Susana, mi abuela, su memoria llena de casi un siglo de recuerdos
se esfuma en el tiempo, recuerda pocas cosas, muy antiguas sobre todo,
sus padres, sus tías, su madrina, las mismas historias, no todas reales,
se nota que los episodios tristes y traumáticos de su vida los borro de su memoria, son reacciones, con 86 años o con 20 terminamos siempre por obviar lo evidente,
por voltear la mirada.
Mi madre, se crió en medio de tangos, libros, baile, rancheras, alegrías, muchas tristezas, poemas … como uno en especial que le enseño su madre, mi abuela, Ingratitud.
Oí este visceral poema durante casi toda mi vida de boca de mis tías, de mi madre, pero sobre todo, con pasión de mi abuela. Hasta que al fin me entro la curiosidad, pero en Internet hace 3 años (2009) no encontré nada al respecto, no podía creer que no existiera un registro de este poema que mi abuela se lo debió haber aprendido cuando niña hace más de 70 años.
Ella dice que lo leyó en un diario y de ahí se lo grabo, por eso un día junto con mi madre lo recitaron y lo escribí, lo organice y lo guarde.
¿Puede haber algo más triste y desolado que la ingratitud?. A veces te entran esos arranques de fe, de nostalgias, de coincidencias, de fuerza, esos arranques que te hacen hacer cosas o postergarlas, así fue como un día decidí volver a buscar el poema en la red. Esta vez encontré algunos foros en los que diferentes personas hacen la misma pregunta, “¿Quien es el autor del poema que dice ‘Complicaciones arduas…’ llamado Ingratitud?”, muchos coinciden en “… mi madre lo recitaba” o “… lo encontramos en los documentos de mi padre”, el caso es que en distintos blogs se le atribuye al poeta colombiano Francisco Restrepo Gómez, nacido en 1889. Puede ser que sea cierto, porque la época coincide, lo cierto es que sigue siendo un misterio como toda una generación hizo sobrevivir en su memoria un poema hermoso, duro, trágico, impactante, que nos melló a la siguiente o siguiente generación, no dejemos perder esto, grabemos a nuestros abuelos, hablemos con ellos, así solo nos cuenten sus fantasías deformadas en sus infinitos recuerdos.
Esta es la versión recordada por mi madre y mi abuela:
INGRATITUD
I.
Complicaciones arduas del corazón humano
Misterios insondables de la naturaleza
La vida es un problema
La vida es un arcano
Y por el mundo agitan su vuelo soberano
Dos aves de rapiña, la muerte y la tristeza
II.
Olvidos, desengaños, desilusiones crueles
Incompasivas almas en ponsoñados senos
Por todas partes luchas, por todas partes hieles
Vasos en cuyos bordes hay delicadas mieles
Y en cuyos fondos hay llanto acíbar y veneno
III.
La ingratitud es sombra, la ingratitud sin duda
Es el mayor pecado de todos los pecados
Es de todas las armas el arma más aguda
Es una vieja escuálida con faz torpe y ceñuda
Que tiene por vivienda los pechos depravados
IV.
Yo todo lo perdono con voluntad de acero
Y apuro hasta las heces mi vaso de acritud
Más perdonar no puede mi corazón sincero
A un monstruo abominable, aterrador y fiero
Que habita entre las almas llamado ingratitud
V.
Perdono al envidioso
Y al que con lengua insana reputaciones hiere virtudes y honras trunca
Perdono en sus mil formas a la perfidia humana
Perdono al que se vende con intención malsana
Perdono al asesino, pero al ingrato nunca
VI.
Porque el ingrato lleva del crimen la cimiente
Y todos las negruras entre su corazón
En sus entrañas lleva veneno de serpiente
Ataca por la espalda pero jamás de frente
Recibe un bien y en cambio devuelve una traición
VII.
Ayer en un recodo del áspero camino
Que cruza mi existencia con gran resignación
Hallé tendido y débil a un pobre peregrino
Solicita y amante le di a beber mi vino
Le di mi franca mano y también mi corazón
VIII.
Con ardoroso empeño calme su sed ardiente
Cubrí sus desnudeces de mísero gitano
Ungí todas llagas y cariñosamente seque con mi pañuelo
Su dolorosa frente
Como si se tratara de mi mejor hermano
IX.
Mas tarde los caprichos de la voluble suerte
Colmaron mi existencia de zarzas y dolor
Quede sobre la senda rendida mustia inerte
Como si los caprichos de un hálito de muerte
Sobre mi ser posaron su gélido sopor.
X.
Y tuve sed y frío pero ninguna mano me dio a beber su vino
Ninguna quiso entonces sacarme del pantano
Y hacer menos pesada la cruz de mi fatiga.
Y aquel a quien un día mi mano compasiva, cubrió sus desnudeces
Sirviose de sostén, pasó por mi sendero con actitud altiva,
Cubierto de riquezas y de oropeles iba
Y al verme hizo una mueca de orgullo y de desdén
XI.
Siguió tranquilo y firme sin recordar acaso
Que alguna vez estuvo con hambre y sin abrigo
Sin recordar que un día fui sol para su ocaso
Para sus labios fuente y para su cien regazo
Y para sus tristezas su más sincero amigo.
XII.
Por eso resignado humilde y sin encono
Apuro hasta las heces mi vaso de acritud
en brazos del destino sereno me abandono
perdono todo todo pero jamás perdono
al rey de los delitos al monstruo ingratitud.
Annie me alegra mucho mirar este blog, tus fotos, tus relatos, que rico que hagas lo que te guste, tienes un lindo talento, sácale el jugo, ojala la vida te llene de mil bendiciones mas, te quiero y sabes que siempre estarás en mi mente, es difícil olvidar a una mujer como tu , besos laurita :)
ResponderEliminarLa versión que tengo data de finales de los veintes o comienzos de los treinta, intitulada como: "Escoria Humana". No tengo el nombre del semanario que publicó este poema de Francisco Restrepo Gómez- un magnífico poeta sin duda- Aparte de este tengo en un viejo álbum que fuera propiedad de una poetisa hermana de mi abuelo materno ( María Ahumada de Gómez y su esposo el poeta barranquillero Bartolomé Gómez Varela) otros sonetos y poemas de este autor de quien sospecho era oriundo de la capital del país.
ResponderEliminarSaludos y que gusto ver que alguien recuerda a esa olvidada y genial generación de aedas y portaliras¡
Que bonito recordar y resaltar tan linda poesía. La aprendí de memoria siendo muy niña y encuentro pequeñas diferencias en algunas estrofas. Solo una o dos palabras en ciertas estrofas. De todas maneras muchas gracias por compartir.
ResponderEliminarEn la casa de mis abuelos tenian un poemario de vários intelectuales del poema como Rúben dario y alli estaba está linda poesia de Cecílio Gomez. Tambien estaban poemas de Júlio sexto y muchas otras
ResponderEliminarQué hermosa poesía, la escuché por primera vez a mis 18 años y decidí aprenderla, hoy 36 años más tarde la recuerdo no al pie de la letra, pero lo suficiente para expresar el sentimiento que me invade en este momento. Resume perfecto a la persona desagradecida. Gracias por compartir esta sabiduría, coincido en que difieren algunas palabras, pero en general muy bien.
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