martes, 13 de noviembre de 2012

Tafí del Valle - Argentina. Pa´l Norte.






Llegar a Tafí del Valle fue sentir el norte en si mismo, cambiar de clima, de paisaje, de compañeros de camino, fue un nuevo comenzar, esta vez por la experiencia del Norte Argentino.


Después de una semana y media en Capilla del Monte (provincia de Córdoba), por fin mi salud se sentía mejor para seguir mi viaje. Ya llevaba casi 3 semanas viajando y aún no llegaba al norte Argentino, así que agarré un colectivo que me llevo de nuevo a Córdoba capital (ya que desde Capilla no salen rutas hacia el norte). 

Allí, en córdoba, tomé otro cole que me llevó hasta San Miguel de Tucumán (capital de la provincia de Tucumán). Llegar a la termi de San Miguel es fácil, aunque yo llegue bien tempranito a la mañana y algunos locales estaban cerrados, la oficina de turismo estaba abierta, puesto que enero es un mes lleno de turistas, sobre todo mochileros. Allí, te dan instrucciones, mapas, rutas, folletos de todo; pero mi intención no era quedarme, San Miguel es una ciudad grande, lo cual me implicaba  más dinero que debía ahorrar y además yo quería pueblo, monte, tradición, así que seguí, y terminé agarrando un colectivo hacia Tafí del Valle.


En el terminal de San Miguel de Ticumán

Cuando llegue al terminal no tenía ni idea a donde me podía hospedar, tenía un folleto de Hostels International, que me mostraba la dirección de un hospedaje, pero obviamente quería algo más barato.  Empecé a caminar mochila al hombro y preguntando y preguntando aterrice en un hostal donde alquile una cama en una habitación (en realidad era un restaurant con una habitación disponible para hospedar). Aquí ya se empieza a ver la onda diferente, tal vez la altura, el clima, el paisaje, empiezas a ver mochileros por todas partes, todos jóvenes, blancos, grupos grandes.



Una bendición no sobra (al lado del terminal).

Deje mis cosas y me fui a recorrer Tafí, éste es un lugar hermoso, un paisaje que no estaba acostumbrada a ver, con un clima que no estaba acostumbrada a sentir, es un pueblo tranquilo, pero, tiene un pero, se ve que hay mucha plata, los autos las casas, los caballos, se nota que los poderosos con dinero de las provincias vienen a pasar el rato en sus maravillosas casas de campo.  

Al llegar al hospedaje, me encontre con unos chicos que también se iban a quedar allí. Esa noche salí a comer con ellos, rebuenos, tranquilos, me compartieron un poco de su comida, porque sabían que había comido poco, esa noche se quedaron 5 chicos más en la habitación, todos menores que yo, todos mochiliando, todos llenos de esperanzas, de juventud, de fuerzas, era la única chica y tal vez por eso todos trataron de mostrarse de confianza, así que no tuve ningún problema.

En Tafí fui al Museo Jesuita y al Mirador Loma de La Cruz, aunque no llegue a la cima si subí un buen tramo, no me siento del todo recuperada, la vista era hermosa, tranquilizante.  En Tafí y en todo el norte por esta época hay que tener paciencia con el tema del transporte, tuve que madrugar y hacer varios viajes al terminal para conseguir tiquete. 


Jardines en Museo Jesuita




Al llegar solo a la mitad de la subida, pude ver como todos,
amigos, familias, turistas, subían hasta el mirador

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