El jueves 22 de diciembre de 2011 salí finalmente de Córdoba capital. Seguí el consejo de Fede quien me recomendó que no valía la pena quedarme en Cosquin (un pueblo cerca de Córdoba Capital).
Cosquín.
Cosquín es un pueblo de unos 20.000 habitantes muy tranquilo. Es famoso por realizar a finales de enero el Festival Nacional de Folklore de Cosquin, una enorme reunión de puro folclore argentino.
Al llegar allí, guarde la mochila en el terminal y me fui a andar, llegue al río tome algunas fotos, metí los pies al agua y almorcé un típico sándwich de pan de miga argentino comprado en kiosco.
Me llamo la atención que por algunas calles por las que camine, las casas tenían impresas en sus paredes nombres de mujeres, como si así las hubiesen bautizado,
La Falda.
Me llamo la atención que por algunas calles por las que camine, las casas tenían impresas en sus paredes nombres de mujeres, como si así las hubiesen bautizado,
La Falda.
Más tarde, tomé un colectivo a La Falda
allí me esperaba Seba un recomendado de Memme (amigo de Fede a quien conocí en Córdoba capital), me baje en el terminal de Valle Hermoso y allí él (Seba) me fue a buscar,
nos metimos a la pileta y después nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad.
Esa noche nos tomamos algunas cervezas con Seba y sus amigos y el viernes amanecí mal, dure todo el día durmiendo. La verdad fue que no me gustó la onda de ellos, está todo bien pero es otro ambiente y no me sentía cómoda, es todo lo contrario a lo que vine, es demasiado voltaje y no quiero más de eso.
Esa noche nos tomamos algunas cervezas con Seba y sus amigos y el viernes amanecí mal, dure todo el día durmiendo. La verdad fue que no me gustó la onda de ellos, está todo bien pero es otro ambiente y no me sentía cómoda, es todo lo contrario a lo que vine, es demasiado voltaje y no quiero más de eso.
Al otro día estuve, todo el día en cama por el guayabo (resaca) y porque
empecé a sentir un dolor en la espalda. En una de las levantadas al baño me
encontré con un escorpión en el cuarto, lo único que atine a hacer fue a
sacarle una foto, pero él quería entrar en mi mochila y tuve que matarlo.
Decisiones.
Los chicos querían volver a salir de fiesta, pero yo me negué y tomé varias decisiones, una, que me quería ir, que si o si me iba a pasar navidad en otra parte, no quería estar un segundo más sintiendo esa energía tan rara. Así que la mañana del 24 de diciembre, madrugamos y los chicos me dejaron en el centro de La Falda, ya llevaba 2 días allí y no había conocido nada de ese pueblo, no lo había disfrutado, no lo había caminado, no estaba siendo yo.
El edén.
Me fui caminado por toda la calle Edén para llegar al emblemático Hotel Edén.
Entrada de lo que fuera el Hotel Edén
Por el camino encontré a un amigo que me acompañó varias cuadras y al llegar a la entrada del hotel se agregaron tres más un tanto dominantes.
Ahora tengo cuatro perros a mi alrededor que no dejan que nadie se acerque, acaban de hacer llorar a un niño porque paso con su mascota…
Un 24 de diciembre partí, fui hasta el terminal en Villa Giardino y allí tomé un colectivo con rumbo a Capilla del Monte.
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